ALGUNOS PENSAMIENTOS FINALES
ACERCA DE LA TARTAMUDEZ

Habiendo experimentado recientemente una falla congestiva en el corazón y luego de haber sido informado de que debería poner mis asuntos en orden, siento un impulso para resumir lo que he aprendido acerca de la tartamudez en mis 85 años de vida.

Cuando yo era un joven de diez y seis años de edad, le juré a un vástago de un árbol de abedul que dedicaría mi vida a encontrar la causa y cura de la tartamudez. Década por década regresaba a ese árbol y le confesaba que no había encontrado ninguna de las dos. Ese árbol de abedul murió hace mucho tiempo pero si todavía hoy estuviera vivo, tendría que decirle lo mismo.

No pude encontar
ni la causa
ni la cura
de la tartamudez.

Charles Van Riper
(1905 - 1994)

Descripción: http://ttmib.org/viejo/VanRiper.jpg

Si el tartamudo evade su tartamudez o lucha contra ella, continuará tartamudeando el resto de su vida

He conocido a miles de tartamudos, he estudiado el desorden en ellos y en mi mismo. He hecho investigaciones y escrito mucho acerca de la tartamudez. He leído la mayor parte de la literatura que sobre el tema se ha producido en el mundo. He explorado la mayoría de los tratamientos, he ayudado a muchos a desenredar sus lenguas, y he fracasado en ayudar a otros. ¿Entonces cuáles son mis conclusiones finales acerca de la tartamudez?

Yo creo

* Que la tartamudez es esencialmente un desorden muscular, cuyo centro o núcleo consiste de pequeños retardos e interrupciones en la regulación de los complicados movimientos requeridos para el lenguaje.

* Que la respuesta usual a estos retardos es una repetición o prolongación automática de parte de la palabra.

* Que algunos niños, debido a la herencia o a una patología del cerebro que aún se desconoce, tienen más de repeticiones y prolongaciones que otros.

* Que la mayoría de los niños que empiezan a tartamudear se vuelven fluidos quizá debido a la maduración o a que ellos no reaccionan a sus retardos, repeticiones o prolongaciones mediante la lucha o evitación.

* Que aquellos que sí luchan o evaden, debido a la frustración o penalidades, probablemente continuarán tartamudeando el resto de sus vidas, no importa qué tipo de terapia reciben.

* Que estos comportamientos de lucha y evitación son aprendidos y pueden ser modificados y desaprendidos; pero que los retardos y las repeticiones no.

* Que la meta de la terapia para el tartamudo confirmado no debería ser una reducción del número de disfluencias o cero tartamudeo. Estos procedimientos de mejoría de la fluidez pueden proporcionar un lenguaje libre de tartamudeo sólo temporalmente, pero mantenerlo es casi imposible. El tartamudo ya sabe cómo puede ser fluido. Lo que él no sabe es cómo tartamudear y esto se le puede enseñar fácil y brevemente, permitiéndole tener habilidades de comunicación muy adecuadas. Además, cuando él descubre que puede tartamudear sin luchar o tratar de evitarlo, la mayor parte de su frustración y otras emociones negativas se apaciguarán.

¿Tengo yo algo más que decir?

Sí, que todavía tengo esperanza de que tarde o temprano otros cumplirán la promesa que le hice a aquel árbol de abedul. Mientras tanto, deseo dejar testimonio de que es posible vivir una vida feliz y útil aunque seamos tartamudos.

 

 

 

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Es posible vivir una vida
feliz y útil,
aunque seamos tartamudos

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