Wendell Johnson
Wendell Johnson
(1906 - 1965)

Su vida

Wendell Johnson nació en Roxbury, Kansas, Estados Unidos, en 1906. Desde su infancia fue un tartamudo severo, pero ésto no fue impedimento para destacarse en sus estudios y en actividades deportivas como el baloncesto (donde era capitan del equipo) y el beisbol. El primer recuerdo de su tartamudez se remonta a sus primeros años, cuando asistió a una clase de nivel superior y en la que, sin mayores prejuicios, recitó un poema, la maestra se preocupó por su manera de hablar, quien disimulaba, aparentando no darse cuenta de la tartamudez del pequeño Wendell, sin embargo sus miradas la delataban, ocurría lo que más tarde el mismo Johnson definió como “el increíble esfuerzo de un niño para convertirse en miembro de la raza humana aprendiendo a responder mediante el lenguaje”. La Maestra desconcertada y sin comprender que ocurría comunicó a los padres de Wendell lo que pasaba y estos se preocuparon. Según Johnson desde entonces se convirtió en un tartamudo.

Su padre le llevó a la consulta del Dr. Hedinger, el cual probablemente no conocía demasiado bien como tratar a un tartamudo. Le hacía darse pequeños golpes en la cabeza, repitiendo frases como: “soy rápido como un látigo”. También le dió un frasco con píldoras que contenían azúcar, que según el bueno del Dr. Hedinger servirían para despegar su "pegajosa lengua". Tal como cuenta el mismo Johnson, las píldoras de azúcar le fueron de mucha utilidad, ya que comprendió que eran un signo de ignorancia sin mala intención. Desde entonces se propuso comprender el por qué sucedían las cosas y por qué era tartamudo. Comprendió que la ausencia de conocimiento y entendimiento no llevan más que al caos y lejos de ser beneficiosas, pueden causar grandes daños.
Cursó estudios Universitarios, junto a Van Riper, en la Universidad de Iowa. Allí, en 1929 se graduó de psicólogo y en 1931 se especializó en fisiología y psicología. En ese mismo año comenzó su actividad docente como profesor de patología del habla y psicología.

En 1943 fue designado director de la Iowa Speech Clinic y en 1945 fue nombrado Presidente de la “Sociedad Internacional de Semántica General”. En 1956 fue fundador y presidente de la “ American Speech and Hearing Association”. A partir de este momento su estrella ascendió a lo más alto del firmamento de la patología del lenguaje, siendo incluso requerido por el Gobierno de USA para desarrollar programas de investigación en esta disciplina.

Murió en 1965 mientras escribía un artículo sobre tartamudez para la Enciclopedia Británica.

Más información sobre su vida y obra
(en inglés)

 

Sus principales aportes

Sus múltiples aportaciones en el campo de la patología del lenguaje en general y de la tartamudez en particular le han convertido en una de las figuras más importantes en el campo de la investigación en tartamudez del siglo XX.

En 1930 Wendell Johnson y algunos colegas de la Universidad de Iowa estudiaron cómo se empieza a tartamudear, comenzando a analizar el lenguaje de niños tartamudos y no tartamudos, observando que no existían diferencias entre ellos, siendo la disfluencia más común en ambos grupos, las repeticiones. Basándose en este descubrimiento pensó que los niños tartamudos desarrollaban disfluencias más importantes debido a que su entorno reaccionaba de manera exagerada a sus repeticiones. Los padres se preocupan por estas repeticiones, las sobrevaloran y les llegan incluso a obsesionar escuchando “cómo” habla el niño, buscando los fallos que muchas veces son fisiológicos y convirtiéndolos de esta manera en patológicos.

Este seguimiento del habla del niño es trasmitido a familiares y maestros, quienes empiezan a compartir la actitud nerviosa y tensa de los padres hacia el habla del niño. Así el ambiente que rodea al lenguaje del niño hace que éste se vuelva más dubitativo y que aumenten los bloqueos y repeticiones. El niño empieza a tener serios problemas en su manera de hablar y asumirá que es tartamudo.

En su teoría sobre la génesis y perpetuación de la tartamudez, también conocida como teoría diagnosogénica explica que el desorden comienza cuando el niño es diagnosticado como tartamudo Así pues, para Johnson la tartamudez es un trastorno en el que la evolución reflexiva propia o reactiva tiene un papel determinante, olvidándose totalmente del papel que la predisposición constitucional pudiera jugar.

Los resultados de estos estudios fueron plasmados en el libro The onset of the stuttering” (1959). En estos estudios se podían observar diferencias entre las disfluencias de los niños tartamudos con los que no lo eran. Las repeticiones de sílabas, las prolongaciones de los sonidos y los bloqueos aparecían más comúnmente entre los niños tartamudos, mientras que las repeticiones de frases, interjecciones y pausas eran más frecuentes en el grupo de niños no tartamudos. A pesar de esta apreciación Johnson insistió en la similitud de los datos y apuntó que para un mismo tipo de disfluencia los padres reaccionaban de diferente manera afirmando que "la tartamudez nace en la mente de los padres más que en la boca del niño”, la obligatoriedad impuesta por los padres de repetir las sílabas y palabras mal articuladas era el origen del trastorno.

Ante la evidencia de los datos recopilados, Johnson hizo una revisión de su Teoría Diagnosogénica y afirmó que la tartamudez se debía a la interacción de tres factores: "la prolongación de las disfluencias en los niños", "la sensibilidad de los oyentes a esas disfluencias" y "la sensibilidad de los niños a sus propias disfluencias y a las reacciones de los oyentes". Con esta revisión Johnson reconocía que no sólo el entorno del niño era la causa de la tartamudez, sino que había factores en el propio niño implicados en el trastorno.

Su trabajo en la Universidad de Iowa se encaminó principalmente a la creación de un departamento de patología del lenguaje y audiología, que hoy en día lleva su nombre: Wendell Johnson Speech and Hearing Center.

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